Si quieres construir un barco, no empieces por buscar madera, cortar tablas o distribuir el trabajo. Evoca primero en los hombres y mujeres el anhelo del mar libre y ancho.
Antoine de Saint-Exupéry
A veces vestimos las palabras con significados elegantes, como para hacernos los interesantes.
Quizá por eso, al hablar de Gobierno Corporativo parece que hablamos de algo distante para el grueso de las Empresas en Latinoamérica. Suena a transnacional, suena a empresa que cotiza en Bolsa. Suena, a que no es para una empresa familiar.
Sin embargo, cuando somos un poquito más pacientes, podemos tirar de las etimologías y encontrar, – por ejemplo-, que según sus raíces latinas y griegas, la palabra Gobierno deriva de “pilotar un barco”.
Entendemos el Gobierno Corporativo como el sistema bajo el cual las empresas son dirigidas y controladas. La gestión se ejecuta a través del Órgano de Administración (preferentemente un Consejo de Administración), la Asamblea de Accionistas (o socios, en su caso) y el Órgano de Vigilancia. La integración y funcionamiento de los mismos y su relación de enlace con los Socios o Accionistas, el Consejo y los Directores es lo que conocemos como Gobierno Corporativo.
En 2018 (que hoy pareciera tan lejano), se publicó por parte del Consejo Coordinador Empresarial la última versión al Código de Mejores Prácticas Corporativas y ya desde entonces se hablaba de que el Gobierno Corporativo era una de las prioridades en la agenda nacional.
En el escenario en el que nos encontramos hoy, podemos decir que esta urgencia no solo se mantiene sino que se ha acrecentado. Quizá por eso, esta semana se publicó un anexo al Código en donde se incorporan funciones muy importantes al Consejo de Administración, como incorporar la innovación a la cultura y forma de pensar de las empresas, establecer planes de sucesión de los directivos importantes e incorporar cada vez más a las mujeres en los asientos del Consejo.
En época de marejada, es importante profesionalizar la manera en que piloteamos el barco. El Gobierno Corporativo puede ayudarnos entre otras cosas, a agrupar los intereses de nuestra familia, definir el rumbo estratégico de nuestro grupo empresarial y familiar, evitar conflictos, orientarnos a la innovación como parte integral de nuestra cultura organizacional y establecer las bases de la continuidad y la trascendencia. Son tiempos complicados, pero ningún mar en calma hizo experto a un marinero.