El campo emocional dentro de las empresas familiares, a menudo se ve trasgredido por temas controversiales como lo es “los familiares políticos”, y es normal que, con éste, se remuevan las fibras más sensibles.
El panorama ante el tema siempre ha supuesto dos perspectivas, por eso, se le acuña el término de arma de doble filo: Por un lado, tenemos la situación en la que, el o los familiares políticos, llegan a la familia generando controversia y promoviendo un ambiente separatista o disociador.
Por lo general, este tipo de “nuevo integrante de la familia” presenta desde el inicio, dificultad al alinearse a los valores de la familia, esos mismos que sostienen la empresa, consiguiendo que el núcleo familiar tome la decisión de mantenerles aislados de todo lo que tenga que ver con la empresa y el patrimonio.
Por este tipo de razones, es que se justifica el promover una elección de pareja inteligentemente, es decir, que los sentimientos sean tan fuertes como la razón. Sin caer en el error de interesarse única y necesariamente por una u otra postura.
Antes de tomar este tipo de decisiones, el integrante familiar que está próximo a comprometerse legalmente con alguien, debe analizar si esta persona realmente se identifica con aquellas costumbres más relevantes que caracterizan a la familia empresaria y si ha de ser un comunicador de las mismas a la posible descendencia que surja de la relación.
Es importante aquí, dejar en claro que no se aconseja emitir juicios de valor sin antes tener la seguridad de los valores morales y las demás cualidades que constituyen la personalidad del nuevo integrante familiar. Al ser fibras tan sensibles, se deben tocar con guantes de seda, es decir siempre con humanidad y respeto.
Una segunda perspectiva de la situación surge cuando lejos de ser el familiar político un personaje controversial, su presencia refleja en la familia empresaria, un tipo de bendición o buena suerte. Esto se da cuando en todo su actuar refleja valores altamente alineados con los valores de la familia y suma muchos otros que benefician notoriamente la convivencia familiar, la toma de decisiones relevantes y la unión.
Hay tantos tipos de familiares políticos, como los colores. Por esto, es importante no generalizar, ni tampoco suponer que dos o más pueden ser iguales, ese es un error, en el que muy a menudo se incurre. Como se mencionaba antes, es importante que de entrada se tenga una postura imparcial, que no juzgue ni cree un ambiente de desconfianza. Lo ideal es que se genere un ambiente inclusivo en el cual, el familiar político pueda ser él/ella, a toda costa y en esencia; lo anterior, es idóneo para que aquel nuevo integrante sienta la libertad de expresar sus emociones, ideas y opiniones libremente.
Volviendo al tema de aquella situación en la que, el familiar político suma en lugar de restar, puede ser vista como la oportunidad perfecta para involucrar una mente llena de buenas ideas y valores al negocio familiar, siempre y cuando este demuestre un interés genuino por la idea.
Son conocidos los casos de éxito en los que, un familiar político llega a ser un excelente director de área incluso presidente, aportando a la empresa familiar notorios logros, incluso sabiendo que posiblemente nunca herede la Dirección General o se le tenga en cuenta como posible sucesor.
Concluyendo, es importante dejar en claro, que, aunque este puede ser un tema controversial, debe ser tratado con una postura abierta (para que el nuevo integrante de la familia se sienta cómodo y se desenvuelva en esencia), de una manera generosa y comprensiva (para que conozca de primera vista los valores que conforman a la familia y su unión).